Ser movido significa: entregarse, y pensar que conmoverás a la otra persona.
Las personas motivadas suelen tener una fuerte conciencia de sí mismas y una fuerte implicación emocional. Esperan que a través de sus propios esfuerzos y dedicación puedan hacer que la otra persona sienta su cariño y sinceridad. Pero el problema es que prestan demasiada atención a su propia producción emocional, pero ignoran las necesidades y sentimientos reales de la otra persona. En otras palabras, sólo se movieron ellos mismos, pero es posible que la otra persona no se haya movido.
Moverse no soluciona realmente el problema, pero puede complicar las cosas. Centrarse excesivamente en la autoimpresión hará que las personas caigan en el atolladero de las emociones y dificultará ver la verdad con claridad. En segundo lugar, estar motivado puede llevar a pagar de más, lo que puede causar estrés y resentimiento a la otra parte. Finalmente, la autoimpresión hace que los individuos sean incapaces de examinarse objetivamente a sí mismos y a los demás, y cae fácilmente en un círculo vicioso.
En resumen, la autoimpresión es una trampa emocional que fácilmente puede llevar a las personas a una ansiedad y una decepción infinitas. La clave para salir de esta situación es aprender a respetar a los demás, afrontar sus propias necesidades y aprender a dejarse llevar y valorar. Sólo así podremos realmente salir de la sombra de la autoimpresión y establecer relaciones más sinceras y armoniosas con los demás.
Características de la autoimpresión
1. Fuerte autoconciencia: las personas que están autoimpresionadas a menudo tienen una fuerte autoconciencia y prestan gran atención a sus sentimientos internos y emocionales. salida al dar. Esperan hacerse sentir mutuamente su cariño y sinceridad a través de sus propios esfuerzos y dedicación.
2. Inversión emocional: Las personas que se sienten conmovidas por sí mismas muestran una inversión emocional evidente. Están dispuestos a sacrificarse por los demás, incluso a cualquier precio. Sin embargo, cuando dan, a menudo ignoran las necesidades reales de los demás e imponen a los demás lo que creen que es correcto.
3. Expectativas excesivas: Las personas que se conmueven por sí mismas suelen esperar reconocimiento, gratitud y recompensa de la otra parte después de dar. Sin embargo, ignoran que los sentimientos y necesidades de cada persona son únicos y que sus esfuerzos pueden no lograr los resultados deseados.