Germinación: Las sandías necesitan estar en remojo y germinadas antes de sembrarlas. Primero remoje y lave las semillas en agua tibia, luego envuélvalas en una gasa húmeda y densa y colóquelas en un ambiente soleado durante dos o tres horas. Luego cúbrelo con una capa de humedad y colócalo en una incubadora a 30 grados centígrados. Tras esperar 36 horas, las semillas germinarán.
Suelo mixto: Se debe elegir suelo con buen drenaje y permeabilidad al aire y rico en humus. Se puede añadir una pequeña cantidad de abono líquido compuesto y mezclar bien. Después de eso, riégala lo suficiente para mantener la tierra húmeda.
Siembra: Colocar las plántulas en tierra nutritiva, espolvorear las semillas sobre la tierra con la punta de la yema hacia abajo y luego cubrir con una capa de tierra de unos dos centímetros. Luego cubra la maceta con una capa de film plástico, dejando algunos agujeros para la ventilación.
Agua y fertilizante: Una vez plantadas las plántulas, puedes regarlas una vez al día, pero se debe controlar la cantidad de agua y la tierra debe estar húmeda. Cuando las plántulas tienen entre 40 y 60 centímetros de altura, se puede reducir la frecuencia de riego. En promedio, se puede regar una vez cada dos o tres días, pero se debe prestar atención a regar abundantemente y aflojar la tierra cada vez. En cuanto a la fertilización, se puede aplicar fertilizante soluble en agua Bica diluido cada tres o cuatro semanas, y se puede agregar una solución de fertilizante compuesto durante el período de cuajado del fruto.