Cada vez que me duelen los pensamientos, cierro los ojos y abrazo la delicada luz de la luna, los vastos campos de trigo y los pueblos verdes. Al pisar el suelo de mi ciudad natal, vi el humo azul claro que se elevaba y soñé con regresar a mi ciudad natal cada amanecer y cada noche.
No importa a dónde vaya mi hijo al fin del mundo, mi ciudad natal siempre estará grabada en la palma de mi mano. Hay hilos que se cortan constantemente, hay recuerdos que me atan a mi infancia y los ojos de mi madre permanecen para siempre en el paisaje que atormenta mi corazón. Mi madre es como una nube flotante en la distancia, observando cada paso de mi viaje. En mis pasos llenos de baches, el sudor y las lágrimas de mi madre eran como un río largo y tenaz que sostenía el viaje de mi hijo.
En esos años de hambruna, la madre delgada, con lágrimas de impotencia en los ojos, derramó su amargura en el viento frío, escondió sus pensamientos en su corazón y usó su delgadez y su amor maternal para convertirse en la fuerte columna vertebral. de mujeres chinas!
Durante mi infancia enfermiza, mi madre tenía hambre en sus brazos y se desmayaba muchas veces, haciéndome derramar lágrimas amargas. En lo profundo de aquella noche fría, bajo la tenue luz, ¡cuánta pobreza se liberó de la costura de madre! ¿Cómo podría mi frágil cuerpo soportar la insoportable amargura de las verduras silvestres que mi madre recogía? Pero mi madre dijo: "Los hombres no derraman lágrimas a la ligera. Un hombre hecho de montañas debe tener sus propios pasos". Mamá, gracias a esta frase conservo en mi corazón mi infancia que debería haber sido feliz y feliz. Por tanto, el resultado de un duro trabajo me ha permitido crear un cielo azul. El hijo de hoy todavía esconde el carácter frugal de su madre.
Mi madre usaba las montañas y el agua de mi ciudad natal para alimentarme. Año tras año, la eterna primavera ha envejecido el rostro de mi madre.
Después de que su hijo se casó, su madre vino a la ciudad a vivir durante un mes, pero todavía no estaba acostumbrada. No podía olvidar las montañas de su pueblo natal, el agua de su pueblo natal, el humo de su pueblo natal, la mirada débil de su padre enfermo, ni la tierra que le dio la vida. Mi madre convirtió el hogar que alguna vez fue pobre en el escenario más conmovedor.
Mi madre es mayor y puedo verla añorándola por su cabello plateado. Lo que más desea la madre es escuchar el tictac de un país lejano y extranjero, porque es el saludo del hijo a su madre.
Mamá, duermes con el nombre de tu hijo en la almohada todas las noches. Esta noche no hay salida a pesar de las montañas y los ríos. Esta noche, mi hijo llora y sueña en tierra extranjera.