Poesía en prosa: La Gran Muralla

He recopilado y compilado poemas en prosa: La Gran Muralla para tu referencia. ¡Espero que te resulte útil! ! !

Murallas rotas y ladrillos rotos

Ya no se oyen los roncos rugidos de los soldados ni los cuernos asesinos de los bárbaros.

Pero era como una lanza fría, atravesando sin piedad el pecho caliente.

La Gran Muralla miraba con indiferencia la tierra llena de humo.

Cuando los feroces perros de la guerra pisotean sus cuerpos

Incluso si la sangre fluye hacia los ríos y los cadáveres ensucian los campos, todavía no quiero bajar mi orgullosa cabeza.

Pobres hunos moribundos.

Las hogueras que desaparecen y los bárbaros derrotados

Ya no se verá el polvo que cubre el cielo y los mercaderes que regresan con sus cargas cargadas.

Pero como un viejo general, soñaba con ir al sangriento campo de batalla.

La Gran Muralla mira con ansias el desierto de Gobi.

Deja que el solitario viento del norte sople por todas partes en la fortaleza fronteriza

Incluso si el mar cambia, la situación cambia.

No quiero apartar la mirada.

Espera a ver Luoyang, la próspera ciudad de Chang’an donde florecen el canto y el baile.

Canales rojos y cimas de montañas desoladas

No puedo esperar por la paz, la tranquilidad y la exuberante vegetación.

Pero al igual que los estudiantes que son patriotas y salvan el país, claman por la democracia sin importar nada.

La Gran Muralla comenzó a asociarse con la resistencia al peligro nacional.

Los heroicos guerrilleros derrotaron a los invasores japoneses en las montañas.

Incluso si el fuego arde y el agua hierve, el canto de guerra contra los enemigos extranjeros nunca cesa.

Llamando al rugido interminable del río Amarillo.

Hay países antiguos en los vastos años.

Este antiguo país tiene una historia gloriosa.

La gloriosa historia incluye las vicisitudes de la Gran Muralla.

Las onduladas almenas guardan recuerdos con sangre de hierro que no podrás olvidar.

El cuerpo majestuoso y alto guarda los años turbulentos que no podrás recuperar.

Mirando hacia abajo desde la Gran Muralla, que ha sido testigo del ascenso y caída de la nación.

Con vistas a la nación próspera.

Con vistas a las montañas silenciosas.

Con vistas al insomne ​​Río Amarillo por la noche.

Mira todas las alegrías y tristezas en el tiempo de vuelo.

El alma siempre valiente no tiene idea de que la obra de hoy es heroica.

Envejeceré en esta vida, no sé cuándo.

Se ha convertido en la máxima creencia de que no me arrepiento de nada en mi vida.