En primer lugar, los padres están muy preocupados por los olvidos de sus hijos, especialmente si dejan sus entradas en casa, lo que supone un golpe mortal para los estudiantes. Por lo tanto, los padres nos acompañarán a la sala de examen para evitar que dejemos algún equipo de examen o boletos de admisión en casa. Incluso si los hay, pueden ayudarnos a conseguirlo y ayudar a aliviar la tensión en nuestros nervios.
En segundo lugar, los padres pueden esperar delante de la sala de exploración para animar a sus hijos. El examen de ingreso a la universidad todavía resulta muy desconocido para los niños que todavía tienen dieciocho o diecinueve años. El niño aún no ha entrado en la sociedad y no ha estado expuesto a acontecimientos importantes similares. De repente se acerca el examen de ingreso a la universidad y es inevitable estar nervioso. Los padres pueden consolar y animar a sus hijos en el acto. Los candidatos se sintieron algo reconfortados al ver a sus padres en el lugar y se alivió su tensión.
Sin embargo, algunos candidatos no quieren que sus padres estén presentes. Primero, la presencia de los padres puede aumentar el estrés del niño. Realizar exámenes con las expectativas de los padres también es una carga pesada y puede hacer que los niños se sientan incómodos. En segundo lugar, algunos padres siempre regañan demasiado a sus alumnos antes de que entren a la sala de examen. El chico sonaba un poco como si se estuviera criticando a sí mismo. Si todavía hay algunos conflictos entre padres e hijos, los candidatos se sentirán aún más estresados. En cualquier caso, los padres deben seguir a sus hijos en el examen de ingreso a la universidad estos días y no presionarlos demasiado para evitar afectar su desempeño.