En Japón, las ballenas existen principalmente como alimento. Japón ha estado matando ballenas para alimentarse desde una edad temprana. Durante los tiempos difíciles antes y después de la Segunda Guerra Mundial, la carne de ballena alivió en gran medida la crisis alimentaria de Japón y proporcionó proteínas valiosas a los japoneses pobres de la época.
Las actividades balleneras se produjeron en Japón ya en el siglo XII, y la caza de ballenas en grupo comenzó en Japón a principios del siglo XVII. A medida que la tecnología mejoró, la caza de ballenas se hizo cada vez más popular en Japón. La Asociación Ballenera de Japón afirma en su página de Internet que a lo largo de la historia japonesa, la gente ganó fe gracias a la caza de ballenas. Se han transmitido muchas culturas balleneras, como canciones populares, danzas y artesanías tradicionales, lo que atestigua la historia de que los japoneses y las ballenas caminaron juntos.
En su opinión, las ballenas que viven en el mar son el granero natural de los japoneses. Las ballenas, altamente nutritivas y ricas en carne, han ayudado a Japón a superar las dificultades. Como país insular con pocos recursos naturales y sin forma de alimentarse, Japón necesita mantener su tecnología ballenera avanzada y calificada, y también necesita que sus ciudadanos no olviden el hábito de comer carne de ballena en lugar de carne extranjera. En resumen, la caza y el consumo de ballenas están estrechamente relacionados con la seguridad alimentaria de Japón. Cuando surjan tensiones internacionales y haya una crisis alimentaria en el mundo, Japón necesitará matar ballenas para llenar su estómago.