La creación de Balzac fue muy difícil. Rodin hizo repetidas revisiones, con la esperanza de revelar esencialmente el temperamento espiritual de Balzac como un gran escritor. Un día, Rodin acababa de terminar algunos bocetos satisfactorios para su visualización. Sus alumnos lo elogiaron y dijeron: Maestro, sus manos son tan perfectas e incomparables. Pero Rodin inmediatamente tomó el mango de la pala y la apartó.
Hay una historia: un estudiante vino a elogiar su mano escultora, pero el maestro se la rompió.
El escultor francés Rodin sacó la mano de Balzac de su obra "Balzac".