El Occidente moderno evolucionó a partir de los sistemas culturales y sociopolíticos de la Edad Media europea. Los gobernantes de la Edad Media, es decir, los príncipes y nobles, pertenecían a la clase armada profesional. Una fuente importante de su legitimidad era su monopolio de la violencia. Por tanto, la fuerza se convirtió en el núcleo de la educación aristocrática. Esta cultura de élite continúa en el sistema educativo occidental moderno. Es exagerado decir que "Napoleón fue derrotado por niños que jugaban en el campo de Eton", pero esta afirmación es suficiente para reflejar el respeto por el deporte por parte de la aristocracia británica de aquella época. Sin embargo, muchos comentarios señalaron que después de que el Imperio Británico llegó a dominar el mundo, el grupo gobernante se aburguesó demasiado y el "caballero británico" se volvió demasiado cualitativo, lo que finalmente condujo al declive del Imperio Británico. El presidente Theodore Roosevelt fue uno de los presidentes más talentosos de la historia de Estados Unidos, pero sintió profundamente los peligros de una "civilización excesiva" con palabras pero sin armas. Prefiere el rugby al fútbol porque es más brutal, más laissez-faire y más significativo para templar el carácter de liderazgo. En ese momento, el fútbol se jugaba principalmente en la Ivy League y en los internados aristocráticos, que cultivaban a la clase dominante, por lo que no era tan extraño.
En los últimos 100 años, el fútbol americano se ha desarrollado en Occidente, especialmente en Estados Unidos, y no ha sido erradicado. Sin embargo, la razón por la que este deporte es cada vez más próspero no es sólo su valor comercial como deporte para espectadores, sino también su función educativa como deporte participativo. Esto no se debe sólo a que lo salvaje ha mantenido la fuerte fuerza de voluntad y el espíritu competitivo de los seres humanos en la evolución de la civilización, sino que también ayuda a desarrollar el espíritu de equipo y cultivar habilidades de liderazgo. El objetivo de la educación es cultivar a las personas. La esencia de cultivar a las personas es mantener el equilibrio en la naturaleza humana: valiente pero no grosera, civilizada pero no cobarde. Hay que decir que el dominio del mundo por parte del Occidente moderno se debe a esta educación equilibrada de la personalidad.