Hay demasiadas cosas en este mundo que adoran cosas extrañas. De hecho, los productos del propio pueblo chino son los mejores y más destacados. Lo que otros pueden hacer, nosotros también podemos hacerlo. Las lunas extranjeras no son mucho más redondas que las chinas.
La moraleja extendida, en palabras del propio Leehom Wang, es que ya sea en el campo de batalla de la música o en otros campos de batalla, debemos hacer todo lo posible y enfrentarlo con toda la potencia de fuego.
En cuanto a toda la canción, puede que no tengas demasiadas sensaciones cuando la escuches por primera vez. Después de escucharlo demasiado, su orgullo como chino es evidente y aún así vale la pena recomendarlo.