El humo de la cocina de los aldeanos envolvió una vez más a este pueblo sobrio.
Las risas de los niños vuelven a aparecer en el campo.
Después del desayuno, el aldeano condujo su coche para cosechar su campo de trigo.
Esta es la primera vez que vengo a este hermoso pueblo. Es porque no podemos llorar cuando estamos en problemas, las luciérnagas nos llevarán para resolver las dificultades.
Este pueblo tiene las noches más hermosas, con luciérnagas volando por todo el cielo en verano; el cricket suena como si estuviera jugando Chopin; la gente puede dormir con el piano en una noche calurosa.