Primero, después de graduarte, a medida que pasa el tiempo, tu capacidad de aprendizaje se debilita sin saberlo. Si no revisas y consolidas tus conocimientos durante mucho tiempo, te sentirás cada vez menos familiarizado con lo que aprendiste en la universidad.
En segundo lugar, no tienes suficiente tiempo ni energía para estudiar para el examen de ingreso a posgrado mientras trabajas, de nueve a cinco todos los días, y ocasionalmente trabajas horas extras. El examen de ingreso de posgrado es realmente una lucha de tiempo y energía. Cuanto más leas, mejor será para ti.
En tercer lugar, no existe una buena atmósfera de aprendizaje ni socios con quienes discutir los problemas.
En cuarto lugar, cuando regreses al campus después del trabajo, te resultará complicado integrarte en un grupo de compañeros que no sean tan maduros como tú.
Si realmente quieres hacer un posgrado después de trabajar, la mejor manera es dejar tu trabajo y dedicarte a repasar el examen de ingreso al posgrado. Lo mejor es alquilar una casa cerca de tu universidad ideal para poder ir a la biblioteca a estudiar todos los días. Si tienes suerte, también podrás encontrar a alguien que pueda trabajar duro contigo. La gente siempre tiene que afrontar opciones. No puedes tener tu pastel y comértelo también, y no renunciarás a nada. Al final no obtienes nada. Si tienes la determinación de romper el barco, definitivamente serás admitido en la universidad ideal.