La alusión al Arca de Noé proviene de la Biblia. Se trata de un gran barco construido para permitir a Noé, su familia y diversas criaturas terrestres del mundo refugiarse en una inundación devastadora y sin precedentes. En 2010, un equipo de expedición compuesto por Hong Kong, China y Turquía anunció que habían descubierto los restos del Arca de Noé a una altitud de más de 4.000 metros en el Monte Ararat, en el este de Turquía, y habían entrado con éxito en la gigantesca estructura de madera del arca. El equipo de expedición también encontró cerámica, cuerdas y objetos parecidos a semillas dentro del arca.