Cuando tu compañero de clase Zhang San fue a los Estados Unidos para realizar estudios de posgrado, viste a su círculo de amigos ir a Times Square en Nueva York para celebrar el Año Nuevo y luego te quedaste despierto hasta las 3 a. m. para completar el grupo. tareas con un grupo de estudiantes internacionales. Tienes envidia y estás cansado de ella, así que ¿por qué molestarte? ¿No sería lindo quedarse en casa? No le preguntaste sobre su experiencia estudiando en el extranjero. Le preguntaste si podía ayudarla cuando quisiera comprar una marca famosa. Hace tres años, si usabas 2 millones como fondo para estudiar en el extranjero, podrías ser una tortuga común y corriente con un salario mensual de 10.000. Todos los días, como otros oficinistas, me meto en el metro y hago el trabajo que me asigna mi jefe. Después de salir del trabajo, te tomó dos horas regresar a la casa de alquiler y viste miles de luces en el camino.
Desafortunadamente, después de comprar una casa, ya no es necesario mirar a la cara al propietario. Tengo que hacer cola con mis compañeros de cuarto para ir al baño por la mañana. Pero cuando vas al extranjero, es la primera vez que estás a miles de kilómetros de casa. Tienes que encargarte de todo tú mismo. Cuando esté enfermo, vaya usted mismo al hospital. Quedarse despierto hasta tarde haciendo trabajo en grupo. Viajas con amigos durante las vacaciones. Chatea con amigos de diferentes países durante tus prácticas. Sin esta experiencia, no estará tan familiarizado con la tarea de encontrar trabajo y vivienda en su país de origen. No escucharás tantas historias interesantes ni experimentarás tantas cosas diferentes. Hace tres años, probablemente no conocías el valor de 2 millones, no estabas seguro de si los precios de la vivienda seguirían aumentando y no estabas seguro de si valía la pena estudiar en el extranjero.
Tú sólo eliges lo que crees que es adecuado en ese momento. Si se queda en China, la casa que compre puede apreciarse o depreciarse; si decide ir al extranjero, puede ir a Qianfan para ampliar sus horizontes o disfrutar de fiestas y finalmente regresar con un diploma. Todo es desconocido. ¿Quién sabe? Quizás incluso si no fueras al extranjero ni gastaras dinero para comprar una casa, si simplemente invirtieras el dinero en el mercado de valores, no tendrías nada. O cuando lees un libro en el extranjero, lo que sientes más profundamente no es la vida colorida, sino la soledad de estar a miles de kilómetros de casa. Para cada uno de nosotros, si vale la pena o no, lo debemos medir nosotros mismos. Si elegimos y no nos arrepentimos, merece la pena.