La Revolución Islámica estalló en Irán en 1979. El gobierno iraní enfatiza que "exportará la revolución islámica fundamentalista" a todos los países islámicos y llama públicamente a los chiítas, que representan el 60% de la población iraquí, a "llevar a cabo una revolución islámica" para derrocar al actual régimen iraquí y establecer una "República Islámica". Irak, por otra parte, apoya las demandas de autodeterminación de las minorías étnicas de Irán, como los kurdos. Hussein buscó el control total del río Shatt al-Arab en el noroeste del Golfo Pérsico, una importante ruta de exportación de petróleo para ambos países. Estados Unidos proporcionó armas a Saddam y apoyó su ofensiva en esta zona en disputa en un intento de contener al régimen iraní que acababa de llegar al poder mediante una revolución y era fuertemente antiestadounidense. En 1975, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Kissinger, apoyó el ataque del Sha a las vías fluviales que entonces estaban bajo control iraquí. A los países árabes como Irak también les preocupa que el régimen armado producido por la revolución iraní de febrero de 1979 se extienda a las zonas circundantes. Otro factor que llevó a la guerra Irán-Irak fue la ambición de los líderes de ambos países. El líder religioso iraní, el ayatolá Jomeini, buscó extender su movimiento fundamentalista islámico por todo Oriente Medio. Sin embargo, debido al éxito de la reciente revolución iraní, los intentos en este ámbito son todavía muy limitados. Para Saddam, no llevaba mucho tiempo en el poder y estaba tratando de ganar hegemonía regional en Irak. Una guerra exitosa con Irán podría convertir a Irak en el actor dominante en la región del Golfo y controlar el comercio de petróleo. Las purgas internas dentro del ejército y una grave escasez de equipos y repuestos fabricados en Estados Unidos han afectado en gran medida la alguna vez poderosa fuerza militar de Irán. Además, las defensas de Irán en la zona de Shatt al-Arab también son muy débiles. A medida que se intensificaban los conflictos políticos y religiosos y los conflictos armados fronterizos, el 22 de septiembre de 1980, Irak aprovechó la oportunidad y aprovechó un intento de asesinato respaldado por Irán contra el entonces Ministro de Relaciones Exteriores iraquí Aziz para lanzar un ataque, y estalló la guerra entre Irán e Irak. Desde el estallido de la guerra, ha atraído mucha atención de personas de todo el mundo, especialmente de los países árabes.
Irak recibió un enorme apoyo diplomático y militar de la Unión Soviética. Los países árabes, principalmente Kuwait y Arabia Saudita, proporcionaron ayuda financiera. Además, Estados Unidos también favoreció a Irak y le proporcionó armas y asistencia económica. A partir de 1985, Estados Unidos vendió armas a Irak e Irán. Esto desencadenó el asunto Irán-Contra de la administración Reagan.
Esta guerra es muy feroz. Ambos bandos de la guerra utilizaron a menudo tácticas de ondas humanas similares a las utilizadas en la Primera Guerra Mundial. Irak utilizó armas químicas, incluido el veneno tabun. Aunque Irak tomó la iniciativa en provocar la guerra y utilizar armas químicas, la comunidad internacional no ejerció mucha presión sobre él.
En junio de 1982, Irán lanzó una serie de contraataques para recuperar el territorio ocupado por Irak al comienzo de la guerra. Ante la perspectiva de una derrota total, Irak ofreció una tregua a Irán. En ese momento, Irán estaba tratando de derrotar al régimen iraquí, por lo que rechazó la propuesta. Esto llevó a otra guerra de seis años.
Durante este periodo, fuerzas navales occidentales intervinieron en la zona en un intento de proteger la bahía. Como resultado, los misiles iraníes alcanzaron la fragata estadounidense USS Stark. El USS Vinson derribó un avión de pasajeros iraní, matando a 290 pasajeros y tripulantes.
En resumen, el incidente Irán-Contra y los ataques con misiles iraníes contra fragatas estadounidenses pueden ser las raíces históricas de la hostilidad entre Estados Unidos e Irán.