Realizar crítica y autocrítica no es un escándalo. Las personas no son sabias, ¿cómo es posible que no tengan defectos? No importa si cometes un error, la clave es corregirlo a tiempo. Primero, debemos "mirarnos en el espejo" a través de la reflexión y descubrir tanto los defectos superficiales como los ocultos. Atrévete a tocar el alma, y no tengas miedo a la dureza al disecarte, no tengas miedo a la fealdad al exponer los problemas, no tengas miedo a los pinchazos al escuchar opiniones, y no tengas miedo al dolor al pensamientos conmovedores. Sólo así podremos descubrir nuestros propios problemas y prescribir el medicamento adecuado para solucionar el problema sin dejar "colas". Cuando se trata de sus propios defectos y errores, no puede simplemente hablar de la situación y dejar la mitad de ella. Debe atreverse a desenterrar la causa raíz de la enfermedad para evitar el más mínimo cambio. . En segundo lugar, no debemos tener miedo de "herir a otros" y atrevernos a criticarnos unos a otros. En primer lugar, debemos educar a los cuadros para que se adhieran inquebrantablemente a los principios del espíritu de partido y superen la mentalidad del "buen viejo". Deben ser claros y honestos, no ocultar sus propias opiniones, deben anteponer los intereses del partido, del pueblo y de los intereses colectivos, y criticar cualquier palabra o hecho que vaya en detrimento de los intereses de estos tres; partidos con una posición clara y con confianza. En tercer lugar, si dejas de lado los pensamientos egoístas y te atreves a afrontar situaciones difíciles, sólo podrás ser valiente si eres desinteresado. Al criticar, no hagas tus propios cálculos primero. Debemos atrevernos a luchar decididamente contra todos los malos comportamientos.