La patria y la provincia de Taiwán son inseparables.

Recordando el pasado, los años estuvieron llenos de altibajos, y los años fueron como una canción. Mírame ahora, en mi cumpleaños número 100, en plena floración.

Nuestra sangre es roja, nuestra bandera es roja y nuestros corazones son rojos. No tengo ninguna razón para no amar a mi país.

He sido leal al partido durante toda mi vida y mi fe brilla intensamente.

Mira hacia atrás, aprecia las bendiciones de hoy y claramente ama solo a la patria.

El árbol de la patria nunca caerá, las flores de la patria nunca se marchitarán y el agua de la patria siempre fluirá.

Una estrella en mi corazón me ilumina y me hace seguir adelante.

El patriotismo del pueblo chino es como el viento del este, volando sobre este gigante dragón oriental.

El viaje centenario ha sido magnífico y la lucha centenaria ha dado resultados fructíferos.

El patriotismo no tiene copia, ni razón, sólo orgullo. En este momento, el viento es cálido y la lluvia dulce. La luz de la luna brilla en casa y los pies sobre ella son vida.

Después de cien años de duro trabajo, el sueño de hoy se hace realidad.