En segundo lugar, la personalidad impaciente de los padres afectará a sus hijos. A veces, cuando surge el estado de ánimo, apresuro a los demás y el estado de ánimo es fácil de fluctuar. Esta es una cuestión de carácter. Algunos niños son impacientes por naturaleza. Por ejemplo, algunos niños esperan pacientemente a que su madre les dé de comer cuando tienen hambre. Y algunos niños que no podían esperar inmediatamente comenzaron a llorar. Por mucho que mi madre la convenciera, no sirvió de nada. Cada niño tiene una personalidad diferente. ¿Qué deben hacer los padres por los niños impacientes? Si los padres quieren gestionar bien las emociones de sus hijos, deben dar el ejemplo.
Si los padres pueden permanecer emocionalmente estables y no ansiosos, sus hijos no se impacientarán fácilmente. Algunos padres hablan muy lentamente y pronuncian cada palabra con claridad. Tampoco les gritan a sus hijos cuando cometen errores. Serán más tolerantes con sus hijos. Cuando los padres estén emocionalmente estables, los niños no serán tan impacientes.
Existen neuronas espejo en el cerebro humano. Las neuronas espejo significan que cuando la otra persona tiene emociones, también se verá afectada por la otra persona y producirá las mismas emociones que la otra persona, como un espejo. Por tanto, si los padres son más lentos, los niños también se verán afectados, sus emociones serán más estables y su temperamento más lento. Los padres deben observar las emociones de sus hijos y consolarlos a tiempo.
Cuando los niños se impacientan, los padres deben prestar atención a los cambios emocionales de sus hijos. Vea qué los hace tan impacientes. Anímelos a expresar su insatisfacción. Algún contacto físico hará que el niño se sienta seguro y poco a poco se vaya calmando.