Tipo degenerado
Satisfacción excesiva de las necesidades de los niños, todo está centrado en los niños. Los niños que crecen en este entorno pueden ser emocionalmente inestables, egoístas, orgullosos o inferiores, tener bajas capacidades y una voluntad débil. Pueden carecer de confianza en sí mismos y desarrollar fácilmente caracteres de dependencia, cobardía y baja autoestima. Cuando crezcan para competir con la sociedad, es posible que les falte confianza en sí mismos e independencia porque no pueden soportar ningún revés psicológico.
Tipo autocrático
Obliga a los niños a actuar de acuerdo con los deseos de sus padres, no permite errores ni errores y con frecuencia utiliza el castigo para hacer cumplir la ley. Los niños que crecen en este tipo de familias pueden sentirse inseguros y dudar de su sentido de pertenencia.
Laissez-faire
Adoptar una actitud indiferente y de laissez-faire hacia el comportamiento de los niños. Es posible que los niños de esas familias no reciban las normas de conducta y el refuerzo necesarios, lo que da lugar a una falta de responsabilidad social y autocontrol. Al mismo tiempo, debido a la falta de cuidado y educación de los padres, los niños pueden sentir que no son importantes en la familia y perder su sentido de pertenencia.
Tipo democrático
Trate a los niños con confianza, respeto e igualdad, preste atención a la inspiración y la orientación, y déles libertad y libertad. Los niños que crecen en un ambiente familiar democrático suelen ser alegres, tenaces, positivos, confiados y capaces de vivir en armonía con los demás.