En los primeros días de la civilización nacional, Fu Hao dirigió el ejército mercante para derrotar a los indoeuropeos que invadieron China, permitiendo que la débil civilización china sobreviviera hasta el día de hoy. Se puede decir que Fu Hao es el salvador de nuestra cultura nacional. Si esa batalla hubiera fracasado, China no se habría convertido en una de las cuatro civilizaciones antiguas más importantes del mundo.
Aunque Fu Hao es una reina, no es tímida. Es común que lidere tropas para luchar. Lideró a su ejército para derrotar a más de 20 países pequeños como el norte de Turquía, Asuntos Exteriores del Sur, el sur de Pakistán y Guifang, e hizo grandes contribuciones a la expansión del territorio de la dinastía Shang.
Debido a los años de guerra, la mujer murió a los 33 años. La desafortunada muerte de Fu Hao entristeció mucho a Wu Ding, por lo que la enterró junto al palacio donde manejaba los asuntos militares para poder verla y protegerla en cualquier momento.
Lo que queda para las generaciones futuras no son solo sus obras, sino también su espíritu de no permitir que un hombre y miles de años de civilización china se transmitan.