La educación no debería limitarse a números y etiquetas fríos.

En la sociedad actual, la educación familiar se cuantifica en fríos números y etiquetas. Sin embargo, este tipo de educación ignora si los niños tienen valores correctos y un carácter noble, e incluso es indiferente a si los niños saben ser agradecidos y si pueden contribuir a la sociedad. Este artículo explorará los métodos correctos de educación familiar a través de la historia de Ran Junchao, una niña sensata de una familia "damisela" en Chongqing.

El verdadero valor de la relación padre-hijo

El verdadero valor de la educación familiar radica en el establecimiento y mantenimiento de la relación padre-hijo. Los padres deben centrarse en la comunicación con sus hijos y cultivar la confianza en sí mismos y la independencia de sus hijos, en lugar de perseguir el llamado "éxito" de sus hijos mediante el control y los mimos.

Respeto al trabajo y al trabajo duro

La educación debe centrarse en cultivar el respeto de los niños por el trabajo y el trabajo duro. La historia de Ran Junchao nos dice que sólo a través del trabajo duro y la dedicación podemos lograr un éxito real y una sensación de logro.

Heredar valores positivos

La sociedad moderna muchas veces ignora algunos valores positivos, como el respeto por el trabajo, la gratitud y la dedicación. Estos valores deben transmitirse a la próxima generación, para que los niños puedan aprender a ser agradecidos, dedicados y respetuosos cuando crezcan.

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