En esta época, un inglés llamado James Taylor comenzó a plantar árboles de té en Sri Lanka. Él cree que el clima y el suelo de Sri Lanka son muy adecuados para el crecimiento de los árboles de té. Inicialmente, su plan no recibió el apoyo del gobierno porque creían que cultivar árboles de té en Sri Lanka era imposible.
Pero Taylor no se rindió. Plantó diferentes variedades de árboles de té en campos experimentales, probó muchos métodos diferentes para preparar té y finalmente logró desarrollar un té negro firme y fragante. Su éxito llevó a muchas personas a empezar a plantar árboles de té en Sri Lanka, y gradualmente se convirtió en uno de los principales productos de exportación de Sri Lanka.
La calidad del té negro de Sri Lanka sigue mejorando y a principios del siglo XX comenzó a exportarse en grandes cantidades a Europa y América del Norte. Hoy en día, Sri Lanka es uno de los mayores exportadores de té negro del mundo y el té negro se ha convertido en una de sus fuentes económicas importantes.