Después de ver este vídeo, gané mucho. El punto más importante es la importancia de la educación familiar. Además del aprendizaje de los niños en la escuela, la familia es también un lugar importante de crecimiento, desempeñando un papel irremplazable e incomparable.
La adolescencia de un niño se sitúa entre los once o doce años y los diecisiete o dieciocho años. Durante este período, los niños son fácilmente controlados por su cerebro emocional. Los niños en esta era tienen menos espacio para desahogarse. En nuestra época, el entretenimiento significaba salir con amigos a elegir algo de comida, sólo para volver a casa y encontrarnos con productos electrónicos fríos.
Se sienten solos y carecen de compañeros de juegos. Están decepcionados porque los raros fines de semana son en la escuela intensiva o de camino a la escuela intensiva. Están confundidos porque sólo saben estudiar y no saben dónde reside su propio sentido de valor.
De modo que la educación familiar jugó un papel crucial durante este período. Podemos utilizar la cohesión de la familia para que los niños sientan la felicidad y la calidez de la familia. Enseñe a los niños cómo resolver las dificultades frente a la presión mediante la predicación; utilice el poder del entorno familiar para ayudarlos a desarrollar la perseverancia y no sentirse abrumados fácilmente por la presión.
En cuanto a cómo proteger el entorno familiar, los problemas familiares actuales son la indiferencia familiar, los conflictos violentos familiares y los grandes cambios en el hogar. El tercer punto es que las familias corrientes no quedarán satisfechas. El primer punto es la indiferencia de la familia, la indiferencia de los padres hacia sus hijos, dejar que sus hijos crezcan sin preocupaciones, haciendo que los niños parezcan muy libres, pero nadie se preocupa por ellos, y son indiferentes a sus notas y otros aspectos.
El segundo punto es el conflicto violento. Los padres que cuidan demasiado a sus hijos suelen tener el efecto contrario. El desacuerdo conduce al conflicto. En mi opinión, el mejor enfoque es comunicar más y predicar menos. La comunicación es bidireccional. Ambas partes pueden expresar sus sentimientos sin reservas como amigos cercanos, mientras que la predicación es una lección unilateral de los padres. Cuando los niños crecen, ya entienden lo que necesitan saber y les resulta molesto hablar demasiado.