Frunció el ceño y se le ocurrió una solución. Encontró un mono y lo sacaron juntos, pero todavía no podía sacarlo. También encontró un cachorro y lo sacaron juntos. Finalmente, con el esfuerzo de todos consiguió lo que quería. Gracias a todos, el conejito saltó a casa.
Esta historia nos dice que debemos ser buenos aprovechando las fuerzas externas. Tres zapateros son tan buenos como Zhuge Liang. Sólo trabajando juntos y uniéndonos como uno podemos lograr grandes cosas.