Cómo entrar en el mundo de los niños, vi esa palabra en un libro: empatía. No es raro, pero es así de raro. Despertó mi alma dormida, me iluminó repentinamente y me hizo imaginar constantemente: Si fuera estudiante, ¿qué necesitaría más? ¿Qué haría si fuera estudiante?
La empatía me hace entender: con más comprensión, más tolerancia, más paciencia y espera, habrá más métodos de educación y los alumnos serán más felices. La empatía me permite entrar inconscientemente en el corazón de los estudiantes, sentir sus alegrías, tristezas y alegrías, y sentir su delicado, transparente y colorido mundo espiritual. La empatía se ha convertido en un canal sin barreras para comunicarme con los estudiantes de cerca. Cada estudiante tiene su propia personalidad y dignidad únicas, así como sus propios pensamientos, sentimientos y necesidades. Todo el mundo tiene un corazón que se respeta a sí mismo, incluidos los estudiantes.
La educación es una ciencia que contiene mucha sabiduría.