De repente, apareció una ola en el agua y la cría de elefante fue arrastrada lejos de su madre. Masha se giró rápidamente y lo atrapó, apoyando al elefante contra el banco de piedra con la cabeza y la trompa protegidas. Luego, con gran fuerza, arrastró al elefante hasta su trompa y lo colocó con tanta fuerza como pudo sobre una pequeña piedra.
En ese momento, volvió a caer al río. Si se la comen, muere. Yo lo sabía y ella lo sabía: había un lugar donde podía bajar a tierra, pero estaba enfrente de donde había dejado al elefante bebé.
Justo cuando estaba dudando sobre qué hacer a continuación, escuché una voz maternal. Marta cruzó el río, subió a la orilla y regresaba lo más rápido que podía. Ella siguió rugiendo, y para el elefante bebé, su rugido era una pieza musical.
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Jaja, te deseo éxito lo antes posible~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~