Un corazón justo gana respeto.
Cada estudiante es único, por lo que debemos ser justos y equitativos. Sólo cuando sientan nuestra justicia nos respetarán, confiarán en nosotros y estarán más dispuestos a aceptar nuestra educación.
Buscar la verdad a partir de los hechos es la sabiduría de la educación.
Al tratar con estudiantes, debemos buscar la verdad a partir de los hechos y ser objetivos y justos. Sólo siendo auténticos podrán sentir nuestro profesionalismo y sinceridad, confiar más en nosotros y estar dispuestos a afrontar desafíos en el estudio y la vida con nosotros.