Una nueva investigación sugiere que la COVID-19 puede provocar una reducción del cerebro, incluso en casos leves. ¿Es esta pérdida irreversible?

Una nueva investigación sugiere que la COVID-19 puede provocar una reducción del cerebro, incluso en casos leves. Es necesario investigar más a fondo si los daños causados ​​por este impacto se revertirán. Tras la aparición del COVID-19, un gran número de personas resultaron infectadas. Este estudio analizó a 785 personas, 401 de las cuales estaban infectadas con COVID-19 entre los dos estudios.

En primer lugar, aún no sabemos si se revertirá. Ahora la epidemia ha mostrado una tendencia similar a la de los seres humanos. En muchos países, el número de casos confirmados por día llega a los 65.438 millones. Estos datos dan mucho miedo. Según un estudio de la Universidad de Oxford, la probabilidad de sufrir atrofia cerebral es muy alta, y reducirá la materia gris que controla las emociones, provocando daños muy graves en el cerebro. Este estudio está respaldado por datos claros y mucha gente creerá en los resultados. Sin embargo, en cuanto a si las preocupaciones de todos se revertirán, todavía tenemos que esperar la publicación de los resultados de la investigación de seguimiento de nuestro instituto, creo que recibiremos una respuesta razonable.

En segundo lugar, estar alerta al impacto de la epidemia. Entre los que participaron en la encuesta, el grado de contracción cerebral osciló entre 0,2 y 2. Aunque este número es relativamente pequeño, si quieres tener un cuerpo más sano, debes prevenir estrictamente la epidemia a tu alrededor o en tu cuerpo. Por lo tanto, debe cumplir con las medidas locales de prevención de epidemias; de lo contrario, resultará lesionado y el desarrollo de su cerebro se verá afectado. Si eres niño, tu inteligencia puede ser menor que la de tus compañeros.

Debido a que este estudio se realizó después del brote, los cerebros de los participantes fueron escaneados dos veces durante este tiempo, aunque los resultados son aterradores. Pero las personas que participaron en la encuesta tenían entre 51 y 81 años, por lo que este dato no es representativo. Desde recién nacidos hasta ancianos, investiga sus cerebros. Si los datos siguen siendo consistentes con estos datos, significa que esta investigación es de gran importancia y valor, y concienciará a las personas sobre el daño causado por COVID-19 a la salud física.