Ánimo positivo y cálido sol.
A medida que los niños crecen, el estímulo positivo es como la luz del sol: calienta sus corazones y les ayuda a prosperar. Los padres deberían animar más a sus hijos para que puedan crecer en confianza en sí mismos.
Pensar racionalmente y responder con calma
Cuando pasa algo, el pensamiento racional es el “refrigerante” de los niños. Como padres, debemos enseñar a nuestros hijos cómo afrontar los problemas y afrontar los diversos desafíos de la vida con una actitud racional y tranquila.