La inteligencia emocional es una de las habilidades básicas en la vida.
El tema de la "inteligencia emocional" es uno de los temas que se suele discutir cuando los niños están creciendo, y tiene sentido. La capacidad de regular las propias emociones y comprender las emociones de los demás puede ayudar a los niños a construir mejores relaciones interpersonales, consolidar habilidades de resolución de problemas y ayudarlos a desarrollar habilidades de liderazgo.
De hecho, la inteligencia emocional debería figurar como una de las habilidades básicas de la vida y una parte importante del aprendizaje en el campus.
Un nuevo estudio alemán muestra que los niños que pueden comprender plenamente sus propias emociones y las de otras personas (un signo de alta inteligencia emocional) son más capaces de mantenerse concentrados en un entorno de aprendizaje. En definitiva, acumular vocabulario emocional puede ayudar a los niños a afrontar mejor los altibajos de la vida escolar.
Como psicoterapeuta de niños y adolescentes, muchos niños se han sentado en mi sofá intentando comprender sus emociones. No hablemos de empatía por los demás. Si los niños no son conscientes de sus propios estados emocionales, les resultará casi imposible evaluar con precisión los estados emocionales de los demás.
Los niños deben aprender a leer las emociones. La inteligencia emocional puede ayudar a los niños a crecer de forma saludable en el hogar, la escuela y la comunidad. La buena noticia es que nunca es demasiado tarde para aprender sobre las emociones.
La educación en inteligencia emocional es una parte importante de la educación temprana. Muchos jardines de infancia dedican ahora su energía a cultivar las habilidades sociales de los niños. De hecho, en muchos casos, la educación en inteligencia emocional no se limita a dejar que los niños aprendan a compartir entre ellos y a resolver disputas mientras juegan en el patio de recreo.
Los niños primero deben aprender a leer las expresiones faciales y luego aprender a evaluar los estados socioemocionales basándose en señales no visuales bajo presión ambiental. Deje que los niños aprendan a comprender las emociones para que puedan buscar ayuda de manera proactiva cuando sea necesario, aprender a comprender las emociones de otras personas y aprender a lidiar con emociones intensas.
Si bien lo académico sigue siendo la parte más importante del sistema educativo escolar, no hay duda de que la integración de la educación en inteligencia emocional en el plan de estudios se ha convertido en un tema de preocupación pública. Aunque creo firmemente que es necesario que los niños tengan cursos socioemocionales en la escuela, también entiendo que no es realista en esta etapa que todas las escuelas ofrezcan dichos cursos. Como padre, hay muchas maneras de ayudar a sus hijos a desarrollar esta importante habilidad en casa.
1. Aprenda a distinguir las emociones
La mayoría de los niños pueden distinguir entre felicidad y tristeza, ira y calma, pero estas no son las únicas emociones en el mundo exterior. Al mismo tiempo, el estado de ánimo del niño cambia rápidamente. Su hijo puede estar feliz en un momento y devastado al siguiente. Aprender a comprender las emociones y sus desencadenantes puede ayudar a los niños a aprender cómo responder cuando sus emociones cambian sin previo aviso.
Una cosa que me gusta mucho se llama carteles emocionales (un cartel con varias expresiones y los nombres de las emociones correspondientes, normalmente el cartel preguntará "¿Cómo te sientes ahora?"). Porque antes de expresar sus emociones, los niños pueden observar atentamente las distintas emociones en el cartel y evaluar varias opciones en su mente, en lugar de simplemente gritar si ahora están felices o tristes. Cuando mi hija tenía 18 meses, puse un emotivo cartel en casa y todavía lo usamos hoy.
Puedes comprar uno de estos carteles, hacer uno tú mismo o incluso descargar uno de Internet y pegarlo en una habitación de casa en la que sueles pasar el tiempo. Elija usarlo cuando su hijo esté tranquilo (porque puede hablar sobre algunas emociones difíciles, como los celos y la ira), o úselo cuando el estado de ánimo de su hijo cambie. Comprender las expresiones asociadas con cada emoción puede ayudar a los niños a procesar sus propias emociones.
2. Establecer una conexión entre cuerpo y mente.
Para muchos niños, la ansiedad se manifiesta en forma de malestar estomacal, provocando en ocasiones dolores de cabeza y dolores musculares. La ira puede hacer que su corazón se acelere y sus palmas suden. Los celos pueden provocar problemas dentales (como rechinar los dientes durante el sueño).
Las emociones a menudo causan malestar físico, pero la mayoría de los niños no establecen la conexión entre las emociones y las sensaciones físicas.
En nuestra familia, intentamos dibujar un "mapa corporal" de las emociones que afectan al cuerpo, o puedes explicarles a tus hijos cómo reacciona tu cuerpo cuando experimentas emociones para que comprendan la conexión. A menudo le digo a mi hija que cada vez que me preocupo, me empezará a doler el cuello, porque esa es una señal de mi cerebro que me recuerda que debo descansar y ordenar mis emociones. También puede pensar en las reacciones fisiológicas que le provocan las emociones y luego decirle a su hijo qué señales envía el cerebro al cuerpo.
Validar las emociones de los niños
Al igual que los adultos, los niños necesitan ser escuchados y comprendidos. Como padres, lo que más hacemos es encontrar formas de resolver problemas o lidiar con las emociones de los niños a la ligera para evitar que se queden ahí sentados con emociones negativas todo el tiempo. Tratamos de protegerlos, pero en el proceso ignoramos sus emociones.
Cuando tu hijo acuda a ti emocionalmente, escúchalo atentamente (por pequeño que te parezca). Reconozca las emociones de su hijo y permítale expresarlas. No solo debe brindarle soluciones, sino también decirle que comprende el problema y darle al niño la oportunidad de calmarse y ajustar sus emociones.
4. Habla con tus hijos sobre la empatía
La mejor manera de enseñar a tus hijos a ser empáticos es predicar con el ejemplo. Si bien algunos niños son naturalmente más empáticos que otros, todos los niños se benefician al observar el comportamiento compasivo de los adultos que los rodean en sus vidas.
Cuéntale a tus hijos lo que significa aprender a simpatizar con los demás. Cuando esté enojado con un compañero de clase, discuta con él qué pudo haber causado que ese compañero exhibiera una actitud negativa. Habla con tus hijos y haz cosas para mostrar empatía hacia los demás, aunque a veces no sea fácil. Un niño empático crecerá y se preocupará más por la felicidad y la salud de los demás. Esta es una lección para los niños.