Presta atención a la correcta postura de lactancia. Muchas madres primerizas tienden a elegir posiciones cómodas, pero esto puede provocar que los pechos se aprieten o que el bebé no se prenda completamente. La postura correcta para amamantar debe ser acercar el pecho a la boca del bebé para asegurar que la areola quede completamente envuelta.
Presta atención a la calidad y cantidad de la leche materna. Muchas madres primerizas se encuentran en un estado de debilidad después de dar a luz, lo que puede provocar una secreción insuficiente o de mala calidad de la leche. Por lo tanto, se recomienda beber más agua hervida, comer más alimentos ricos en proteínas e insistir en la lactancia materna regular para aumentar la secreción de leche.
En tercer lugar, evitar los tabúes de la lactancia materna. Las madres que amamantan deben evitar fumar, beber alcohol, café y otras bebidas con alto contenido de cafeína, y no deben alimentar a bebés con enfermedades infecciosas o ciertos residuos de drogas. No es recomendable amamantar cuando el bebé presenta síntomas como fiebre y dificultad para respirar.
Presta atención a tu alimentación y estado de ánimo. Como madre, su cuerpo y estado de ánimo también afectan la secreción y calidad de la leche materna. Por lo tanto, las madres deben garantizar un sueño y una nutrición adecuados y, al mismo tiempo, relajar la mente para evitar que la preocupación o la ansiedad afecten la secreción de leche.
Los métodos correctos de lactancia materna ayudarán a que tu bebé crezca sano, pero también debes respetar algunas precauciones y tabúes para evitar problemas y lesiones innecesarias. Se recomienda que toda nueva madre aprenda cuidadosamente los conocimientos sobre la lactancia materna, elija el método y la postura correctos, cumpla con la lactancia materna regular y mantenga una buena salud física y mental al mismo tiempo, para poder amamantar.