En el año 382 d.C., el emperador romano occidental abolió el culto a la Diosa de la Victoria, adoró solo a Jesús y entregó el puesto de sumo sacerdote al 39º obispo de la Iglesia Romana. En 445, los emperadores romanos orientales y la Iglesia oriental reconocieron la supremacía de sus iglesias.
En el siglo VIII d.C., el oleoducto proporcionó tierras y sobre esta base se establecieron los Estados Pontificios. A partir de entonces se convirtió en líder de un Estado secular, y no fue hasta la firma del Tratado de Letrán en el siglo XX que se convirtió en un Estado simbólico. Además, en el siglo XV, el entonces obispo Nicolás V comenzó a utilizar el término "Romanus Pontifex" cuando realizaba misiones diplomáticas con el rey Alfonso V del Reino de Portugal y lo incorporó al derecho canónico. Posteriormente, empresarios y misioneros portugueses llegaron a China para realizar actividades bilaterales con los gobiernos Ming y Qing, lo que se tradujo como "Emperador de la Ilustración" y se convirtió en una práctica común.