Una vez leí una historia sobre un niño que llevaba a pasear a su amado perro con su padre. El perro pisoteó el canal de una niña mientras huía. La niña, sin razón, le pidió a su padre, un rico hombre de negocios, que comprara el perro y lo matara. El padre del niño no ha decidido si venderá el perro en nombre de su hijo. Simplemente le dijo al hombre rico que el dueño del perro era su hijo y que debería ser decisión de su hijo.
Estoy muy de acuerdo con lo que hizo este padre. No impuso su voluntad a su hijo, sino que le permitió pensar de forma independiente, tomar sus propias decisiones y ser responsable de sus propios asuntos.
Esto parece sencillo, pero no creo que lo sea. En primer lugar, se trata de respeto por los niños. Sólo cuando los padres respeten a sus hijos podrán ganarse el respeto y la confianza de estos, sentando así una base sólida para la comunicación entre las dos generaciones. Pero ahora muchos de mis padres han arreglado todo para sus hijos, desde la comida hasta la ropa, incluso sus pensamientos y comportamientos. Los padres sólo piden a sus hijos que lean buenos libros y rara vez se preocupan por el corazón de sus hijos. De esta forma, la brecha entre padres e hijos se hace cada vez más amplia y la comunicación se vuelve cada vez más difícil.
De hecho, dejar que los niños tomen sus propias decisiones también puede ayudarles a comprender sus propias actitudes y la forma en que tratan a los demás. Al igual que cuando conté esta historia, después de que el rico hombre de negocios finalmente ofreció diez veces el precio original, el niño permaneció impasible y se negó a vender su perro, lo que demuestra la virtud e integridad del niño. Si un niño vacila ante el dinero y expone sus debilidades, su padre puede educarlo.
Además, hacerlo puede cultivar la capacidad de los niños para pensar de forma independiente. Una persona siempre tiene que afrontar la vida sola. Los padres no pueden ser los mentores de sus hijos toda su vida. Si un niño está dominado por los pensamientos de sus padres durante mucho tiempo y no tiene la capacidad de pensar y vivir de forma independiente, no podrá sobrevivir en esta sociedad altamente competitiva, y mucho menos marcar la diferencia.
Finalmente, también cultiva el sentido de responsabilidad de los niños. Imagínense, ¿cómo afronta la realidad y la vida una persona sin sentido de responsabilidad?
Por eso creo que en la educación familiar, los padres deben dar gran importancia a sus hijos, respetar sus deseos y buscar más opiniones de sus hijos.
Queridos padres, todos ustedes aman a sus hijos, así que por favor creen una atmósfera para que sus hijos puedan crecer saludablemente en una atmósfera de educación familiar.
¡Sé maduro!