La predicción del futuro más famosa de Sir Arthur C. Clarke fue su propuesta de comunicaciones por satélite geoestacionarios publicada en la revista Wireless World en 1945.
En febrero de 1945, señaló en un breve artículo que un cohete con una velocidad de 28.000 kilómetros por hora podría orbitar la Tierra. Clark también sabía que cuanto más alta es la órbita de un satélite, más lento se mueve. A una altitud de menos de 36.000 kilómetros, la Tierra tarda el mismo tiempo en dar una revolución.
Si el satélite está justo encima del ecuador, girará exactamente con la Tierra, y el satélite siempre estará encima del mismo punto de la superficie terrestre. Como dicen los expertos, estos satélites están estacionarios con respecto a la Tierra.
Hace setenta y cinco años, Arthur C. Clarke escribió otro artículo en el que proponía el uso de satélites para las comunicaciones por radio desde la Tierra. Si tuvieras tres satélites en órbita geoestacionaria separados por 120 grados, cubrirían casi toda la Tierra y entonces podrías comunicarte en cualquier lugar vía satélite. Veinte años después, en 1965, Intelsat-1 se convirtió en el primer satélite en alcanzar la órbita.
Arthur C. Clarke fue testigo del triunfo de su idea. Cuando murió en 2008, a la edad de 90 años, había más de 300 satélites en órbita geoestacionaria.