La identificación de nuevas especies requiere investigación y verificación científica, y generalmente debe cumplir con los siguientes estándares:
Características morfológicas: las nuevas especies deben tener características morfológicas obvias y ser significativamente diferentes de las conocidas. especies Las diferencias incluyen forma, tamaño, color, vello corporal y otras características.
Características genéticas: La nueva especie debe tener características genéticas obvias, como secuencia genética, número de cromosomas, etc., y ser significativamente diferente de las especies conocidas a nivel genético.
Distribución ecológica: Las nuevas especies deben tener características de distribución ecológica obvias, que sean diferentes del rango de distribución de las especies conocidas.
Aislamiento reproductivo: Las nuevas especies deben aislarse reproductivamente de las conocidas, es decir, no deben hibridarse con especies conocidas y mantener la independencia genética.
Existencia estable: La nueva especie debe existir de forma estable en la naturaleza, tener un número determinado de individuos, tener la capacidad de sobrevivir y reproducirse, y no verse afectada por los cambios ambientales y extinguirse.
La identificación de nuevas especies requiere una consideración exhaustiva de los criterios anteriores y su identificación mediante una taxonomía sistemática. Los científicos deben realizar investigaciones en múltiples aspectos, como morfología, biología molecular, ecología, geografía y otros campos, para identificar de manera integral la nueva especie y, en última instancia, determinar si se trata de una nueva especie independiente.