El recuerdo del tiempo es como las arrugas en las comisuras de los ojos de un anciano. El fino hilo que flota en el aire evoca un hermoso sueño. Era un mundo de cuento de hadas y era la marca de nuestro crecimiento común. La cometa vuela muy alto y todos crecemos.
El aliento de la primavera es tan encantador que ha entrado silenciosamente en mi mundo. Las flores de colza de mi ciudad natal están floreciendo doradas, racimo tras racimo, tiñendo este pequeño mundo hasta convertirlo en un sueño dorado. La embriagadora fragancia en el aire son los pasos de la primavera, que entran en mi vida y en mi corazón paso a paso.
El camino en el desierto es el comienzo de la memoria, y la cometa vuelve a volar en el cielo. Estaba tan animado en ese momento que Yuan Ye estaba emocionado y el cielo solitario tenía un nuevo compañero. Cuando sea mayor, no tengo la misma escena que cuando era niño. Extrañamos a los compañeros de juegos de la infancia y los tiempos perdidos.
En ese momento, el cielo era vasto e infinito. La cometa vuela en el aire, pero no puede liberarse del fino hilo que sujetamos. No importa cuán fuerte sea el viento de la tarde, todavía vuela constantemente en el cielo. En ese momento, todos éramos un grupo de niños inocentes, con ojos tan claros como el agua brillando con una luz deslumbrante, disfrutando sin preocupaciones de nuestra infancia rural. Al igual que un pájaro que vuela en el cielo con una cometa, la libertad está ahí.
El tiempo que pasa ya no es como una cometa que vuela en el cielo, sino que puede volver a nuestras manos a través de esa delgada línea. Sólo se convertirá en una presencia indeleble pero vaga en nuestra memoria. El viento silbaba en nuestros oídos y los finos hilos cantaban suavemente, pero el tiempo nos abandonó silenciosamente, dejando atrás los mejores recuerdos de la infancia.
Los pajaritos se han ido para siempre, y esos novios de la infancia también abandonan las dificultades de la vida, y es difícil volver a verse. El paisaje en mi ciudad natal no ha cambiado mucho, y la gente en mi ciudad natal sigue siendo la misma, sin ningún cambio. Se burlan de nosotros, los jóvenes, y nunca muestran ninguna malicia. El cielo sigue siendo tan azul y tan lejano, pero ahora está mucho más solitario que cuando éramos jóvenes.
Como en años anteriores, la brisa primaveral soplaba suavemente la tierra, pero los niños de hoy no son tan agraciados como nosotros en aquellos años. Los niños de hoy en día tienen muchos juguetes, de los que no oíamos hablar cuando éramos niños, pero no los envidio. La infancia feliz que tuvimos es una belleza que los niños ya no pueden tocar.
Cuando era joven, no tenía intereses materiales ni vanidad y todos mis amigos podían jugar juntos. Las cometas que vuelan en el cielo son también nuestras obras maestras. Aunque parezca feo, lo hicimos nosotros mismos y tiene un significado diferente. De hecho, cuando era pequeña todavía sentía envidia de las cometas que compraba en la calle. Esas cometas se ven hermosas, con varios colores y patrones, volando en el aire de manera deslumbrante. Pero esas hermosas cometas tienen apariencias y ninguna de las que hacemos puede volar. Nuestras cometas vuelan muy lejos. Las cometas que compramos tienen las alas medio plegadas y la cabeza caída.
Lazos de hilo fino flotaban en el aire en las manos y la cometa volaba cada vez más lejos. La cola de la cometa hecha con libros antiguos se mueve con la brisa, como la cola de un pez que nada libremente en el agua. Cuando la cometa esté volando en el aire, no volverá a caer. Nuestras manitas lo controlan y pueden controlar su altura y distancia. Pero nuestro destino no puede ser como esta cometa en el aire. No podemos controlar el implacable paso del tiempo. No podemos viajar al pasado ni al futuro.
Corrimos a la luz y la sombra del sol poniente, con nuestras carcajadas en el vasto desierto. Parece que las manitas que tomamos siguen tan cálidas como antes, y las lágrimas de tus ojos son difíciles de dejar ir en mi corazón. La cometa en el aire fue testigo de nuestro tiempo de crecimiento. La brisa primaveral trae consigo el mismo vuelo de cometa año tras año, dejando tras de sí sensaciones diferentes. El tiempo es como una copa de vino que lleva mucho tiempo gestándose. Cuanto más envejece, mejor huele. La profunda amistad de la infancia no se borrará sin piedad con la turbulencia de los años, sino que se volverá más pura.
La imagen de una cometa todavía perdura en mi mente, pero ahora las cosas han cambiado. Los recuerdos de aquellos años fugaces, como aquella cometa flotando en el aire, merecen ser atesorados en un lugar especial de la memoria.
Los recuerdos son como un cielo inmenso, tú eres la cometa que vuela en el cielo, y yo soy el niño que sostiene la cuerda en mi mano. En el cambio fugaz, te fuiste volando como una cometa con el hilo roto, dejándome.
Sin embargo, la memoria es como el fino hilo que una vez nos conectó y siempre nos tira hacia atrás porque alguna vez tuvimos la amistad más profunda.
El tiempo pasó poco a poco y la escena del vuelo de cometas desapareció. ¿Cuándo podrás volver a verme?