1. Revise la boquilla de chispa: para mantener la llama encendida, una estufa de gas necesita una chispa para encender el gas. Verifique que cada bujía esté limpia. Si hay grasa, polvo u otras impurezas, afectará la generación de chispas. Limpie cada boquilla de chispa con un paño suave para asegurarse de que estén limpias y libres de suciedad.
2. Compruebe la bobina y la fuente de alimentación: la generación de chispa de la bujía está controlada por una bobina eléctrica. Compruebe si la bobina funciona correctamente midiendo la resistencia de la bobina con una batería. Si la resistencia es mayor de lo normal, es posible que sea necesario reemplazar la bobina. Al mismo tiempo, verifique si el suministro de energía es normal. En algunos casos, una mala conexión eléctrica puede ser la causa principal del problema.
3. Reemplace el encendedor: si no hay problemas con la boquilla de chispa y la bobina, probablemente haya un problema con el encendedor. En la mayoría de los casos, será necesario reemplazar todo el encendido, que se puede comprar y reemplazar en un taller de reparación o del fabricante.
4. Pedernal limpio (generador de chispas): las chispas en la estufa de gas son generadas por pedernal. Con el tiempo, pueden acumularse impurezas como grasa y polvo. Si estas impurezas bloquean dos electrodos en colisión, no se puede producir ninguna chispa. En este punto, apagar el fuego solucionará el problema.
En definitiva, si tu estufa de gas no tiene chispas, se recomienda revisar los problemas anteriores uno por uno, determinar cuál está causando el problema y repararlos uno por uno según la situación. Se recomienda que si no comprende la estructura de la estufa de gas, consulte a un profesional antes de repararla para garantizar la seguridad.