Resulta que hace unos años, cuando Justus von Liebig estaba haciendo un experimento de producción de yodo, para reemplazar el yodo en la solución de algas, introdujo gradualmente cloro gaseoso en la solución de algas. Cuando obtuvo el yodo púrpura, también vio el líquido rojo oscuro hundirse bajo el yodo. En aquel momento, Justus von Liebig no le dio mucha importancia. Incluso creía subjetivamente que, dado que este líquido rojo oscuro se producía añadiendo cloro gaseoso, debía ser cloruro de yodo. Etiquetó la botella que contenía el líquido rojo oscuro como "cloruro de yodo" y la dejó a un lado.
En ese momento, Justus von Liebig sintió remordimiento. ¡Si hubiera sido más serio entonces, el descubrimiento del bromo me habría pertenecido a mí y a Alemania! Sin embargo, se perdió la oportunidad. Justus von Liebig se condenó profundamente a sí mismo. Para aprender esta lección, colocó con cuidado la botella con la etiqueta "cloruro de yodo" en un gabinete. Este gabinete, que Justus von Liebig llamó el "gabinete del error", contenía los fracasos y las lecciones aprendidas en su trabajo. Justus von Liebig abrió a menudo este "gabinete de errores" para advertirse.
Más tarde, Justus von Liebig logró muchos logros y se convirtió en un famoso químico alemán. En su autobiografía, habla específicamente de este incidente. Escribió: "De ahora en adelante, nunca crearé una teoría de la nada a menos que esté basada en experimentos muy fiables".
Después de la publicación del artículo de Bagla, otro químico alemán, Luo Wei, causó conmoción. Lowe obtuvo el líquido rojo oscuro antes que Baglar. Desafortunadamente, no investigó más y perdió la oportunidad de realizar un descubrimiento.
El descubrimiento del bromo nos dice que la ciencia es despiadada, y el éxito sólo pertenece a quienes son sensibles a las cosas nuevas y son decididos y persistentes en su trabajo.
La salmuera es un gas asfixiante, maloliente y tóxico. Se utiliza para producir bromuro, ácido bromhídrico y algunos colorantes y sedantes.