Para la educación temprana, los expertos dicen: La educación temprana entre los 3 y los 6 años es la mejor. Esta etapa es el mejor período para desarrollar la inteligencia de los niños. Generalmente, los niños de 3 a 4 años pueden percibir y distinguir el tamaño, la cantidad y la altura de los objetos; los niños de 4 a 5 años pueden percibir y distinguir el grosor, la longitud y el grosor de los objetos; los niños de 5 a 6 años pueden comprender inicialmente la relatividad de las cantidades; . Siempre que los padres comprendan esta etapa de sus hijos y les brinden capacitación en estos aspectos, podrán ayudarlos a sentar una base sólida.
¿Cómo llevar a cabo la educación infantil?
1. Enriquecer las experiencias de los niños
El aprendizaje de los niños requiere experiencias diferentes. Partiendo de la premisa de la seguridad y la salud, los padres deben dejar que sus hijos lo experimenten por sí mismos. Para cultivar los intereses de los niños, se pueden integrar juegos en el aprendizaje de los niños. La educación temprana no se trata de cultivar un genio, sino de permitir que los niños exploren su potencial a través de sus propias experiencias y sentidos personales, para obtener una mejor formación.
2. Potenciar las capacidades motoras de los niños
El desarrollo de los movimientos de los niños refleja la solidez y el desarrollo del sistema nervioso cerebral, por lo que los padres deben reforzar la formación de sus hijos en esta área y dejarles que sepan hacer más trucos. Cuando los niños juegan con juguetes, pueden elegir algunos colores brillantes y los tipos de juguetes deben cambiarse con frecuencia para aumentar el interés de los niños. Además, se debe permitir que los niños practiquen rodar, gatear y patear de forma adecuada, lo que puede mejorar su capacidad para comprender el mundo exterior.
3. Deja que los niños interactúen más con los adultos.
En esta etapa, la capacidad de aprendizaje por imitación de los niños es relativamente fuerte. Para cultivar mejor las habilidades de expresión lingüística de los niños, los padres deben tener más contacto y comunicarse con sus hijos. Cuando los enseñe a hablar, enséñeles algunas acciones sencillas y cuénteles más historias. En un entorno de este tipo, no solo puede mejorar la capacidad de expresión del lenguaje de los niños, sino también su capacidad de comprensión, lo que les permite desarrollarse física y mentalmente.
La educación de la primera infancia es en realidad un proceso continuo y es imposible lograr resultados significativos en un corto período de tiempo. Sólo influyendo lentamente en los niños podremos ayudarlos a desarrollar buenos hábitos de vida y de aprendizaje.