Un ensayo de 1000 palabras sobre amar la patria, amar la paz y recordar la historia.

Recuerden la historia y aprecien la paz.

Mirando hacia el cielo azul, la hermosa y blanca paloma de la paz se eleva, esperando traer la paz eterna a la humanidad. Pero la realidad es cruel. La paz parece un mar infinito y la guerra se ha convertido en una forma favorable de conquistar el mundo. La triste paloma de la paz se fue alejando poco a poco.

La guerra sólo nos deja aullando, suplicando y llorando. Incluso si ganas, mientras disfrutas del botín, pagarás un alto precio con tu vida. En el siglo XXI, ya no vivimos guerras emocionantes ni presenciamos escenas impactantes. Pero la historia que dejó la guerra permanecerá en nuestros corazones para siempre.

En China, nuestros mayores vivieron e incluso participaron en esa dolorosa guerra. Esta guerra es también la que más me impresionó: el Incidente del 18 de septiembre. La noche del 18 de septiembre de 1931 es un día que el pueblo chino nunca olvidará. Después de una cuidadosa planificación, el ejército japonés de Kwantung hizo estallar una sección del ferrocarril en el lago Liutiao, cerca de los suburbios del norte de Shenyang, y difundió rumores de que había sido destruida por el ejército chino. Entonces, usando esto como excusa, el Ejército del Noreste de China bombardeó el campamento de la Universidad de Pekín, capturó la ciudad de Shenyang y lanzó el "Plan de Nueve Años" que conmocionó a China y a los países extranjeros. Incidente No. 18. Pero Chiang Kai-shek ordenó a Zhang Xueliang y su Ejército del Noreste que entraran en el paso. En menos de medio año, las tres provincias del noreste cayeron. En ese momento, China inició un difícil período de resistencia local.

Este es el recuerdo y el recuerdo doloroso que la guerra trae a la gente. En la guerra no hay cariño familiar, sólo la frialdad de la sangre.

Hoy estamos sentados en un aula luminosa y espaciosa, donde podemos aprender conocimientos, pero cada vez que miramos hacia el pasado, siempre sentimos el sonido de los disparos resonando en nuestros oídos. Disfrutamos de la paz y la apreciamos aún más. Por la crueldad de la guerra, apreciamos la paz; por el dolor de perder a seres queridos, apreciamos la paz; porque la bandera roja de cinco estrellas está teñida de rojo con sangre, apreciamos la paz por la soledad del ser; lejos de casa. De hecho, la paz no está muy lejos, siempre y cuando dejen las armas y dejen que la paz dure para siempre.

En un día soleado, volví a mirar el cielo azul, esperando que la paloma de la paz volara de regreso a este mundo y agotara los esfuerzos de todos...