Un día de 1589, Galileo, un joven profesor de matemáticas de 25 años de la Universidad de Pisa, llegó a la Torre Inclinada de Pisa con sus oponentes al debate y mucha gente. Galileo subió a la cima de la torre y dejó caer una bola de hierro de 100 libras y otra de una libra al mismo tiempo. Bajo la atenta mirada de todos, las dos bolas de hierro cayeron inesperadamente al suelo casi paralelas entre sí.
Ante este despiadado experimento, todos los que miraban quedaron atónitos y perdidos. Esta hermosa historia, conocida por la comunidad científica como el "Experimento de la Torre Inclinada de Pisa", demuestra con hechos que si se dejan caer objetos de diferentes pesos desde la misma altura con la misma aceleración, aterrizarán al mismo tiempo, volcando así el modelo de Aristóteles. conclusión equivocada.
Esta es la ley de caída libre que fue probada por Galileo y ahora es conocida por la gente. Como ejemplo de ciencia natural, el "Experimento de la Torre Inclinada de Pisa" proporciona una vívida ilustración de que la práctica es el único criterio para probar la verdad. Información ampliada
El primero en estudiar la caída libre fue el antiguo científico griego Aristóteles. Propuso que la velocidad a la que cae un objeto está determinada por el peso del propio objeto. Cuanto más pesado es el objeto, más lejos. cae más rápido; de lo contrario, la caída será más lenta. Las teorías de Aristóteles influyeron en las personas durante más de dos mil años. Hasta que el físico Galileo propuso la opinión contraria.
Galileo escribió en "Diálogo de dos nuevas ciencias" en 1636: Si según la teoría de Aristóteles, supongamos que hay dos piedras, la más grande pesa 8 y la más pequeña pesa 4, entonces la velocidad de caída grande es 8 y la velocidad de caída pequeña es 4. Cuando se atan dos piedras, la que cae rápidamente será frenada por la lenta.
Así que todo el sistema y la velocidad de caída están entre 4-8. Sin embargo, el peso total de las dos piedras unidas es 12 y la velocidad de caída debería ser mayor que 8. Esto lleva a una situación paradójica. Galileo concluyó de esto que la velocidad de un objeto que cae no debería estar determinada por su peso. En su libro, imaginó que la velocidad de caída libre cambia uniformemente.
Experimento de otoño sin enciclopedia Baidu