La educación temprana puede favorecer el desarrollo del cerebro. A algunos padres les preocupa que la educación temprana de sus hijos dañe sus cerebros. De hecho, esta preocupación es innecesaria. Algunos investigadores han aprovechado los cambios cerebrales y bioquímicos en los animales; se ha demostrado que una adecuada estimulación ambiental temprana y oportunidades de aprendizaje no sólo no perjudican el desarrollo del cerebro sino que también lo mejoran.
Principios de la educación temprana:
Despertar el interés
No podemos esperar que un bebé de 23 años estudie mucho, pero siempre y cuando el niño esté interesado , también puede crecer. Tiempo dedicado a una actividad. Siempre que los padres descubran los intereses de sus hijos, pueden crear muchas situaciones para enseñarles a aprender a leer y escribir.
Estilo de vida
No pienses en libros cuando escuches “leer”. De hecho. En la vida, los "libros de texto" ya preparados se pueden ver en todas partes a nuestro alrededor y los niños están muy interesados en ellos. Permitir que los niños lean las palabras sobre diversas necesidades diarias no solo puede cultivar su capacidad de lectura, sino también ayudarlos a ampliar su espacio vital.
Los bebés educados
Los bebés de 23 años tienen la mayor capacidad de observar e imitar, pero su capacidad para identificar comportamientos no es muy fuerte. Enseñarles a leer y escribir también debe ser rentable. atención a los principios educativos.