El headhunting equivale a un encuentro entre talentos y empresas. Un buen casamentero debe comprender plenamente la empresa y los talentos y unirlos. Si hay algún problema entre dos personas, el casamentero también se encarga de mediar. Un buen casamentero no es de ninguna manera el comerciante que presenta a dos personas para que estén juntas, sino que las ayuda desde el contacto hasta la posterior firma del contrato y la vida futura. Cuando los cazatalentos también utilizan personas rutinarias, las más comunes son talentos rutinarios.
Algunas personas pueden haberse encontrado con estas rutinas. Rutina 1: Decirle que una buena empresa viene a China y luego escribir muchos requisitos. Simplemente no puedes contratar a un generalista así, y luego acudiré a ti. Estás muy emocionado. El cazatalentos te invita a charlar delante de su empresa. Viajas en metro hasta el final, bebes té y café, preguntas todos los detalles y luego se van.
El propósito es construir su grupo de talentos, registrar su información detallada en él y realizar verificaciones de antecedentes para el departamento de recursos humanos de la empresa en el futuro. Rutina 2: No es apropiado que entreviste a un director, pero si le pide al cazatalentos más información de reclutamiento, como sus antecedentes, estructura organizacional, etc., es posible que no sepa nada al respecto. Luego vas a la entrevista y eres carne de cañón. Cuando regreses, te preguntará sobre la situación de la otra parte y luego no pasará nada. La retroalimentación también es simple e inapropiada y tiene tres propósitos: atraerte para que seas carne de cañón y aprender más sobre la otra parte.