Desinfección a fondo
Los juguetes, vajillas y otros elementos utilizados por los niños deben desinfectarse a fondo. Podemos remojar o hervir con desinfectante que contenga cloro. Los artículos que no se pueden hervir ni remojar, se pueden exponer al sol.
Mantener la circulación del aire
Para garantizar que el ambiente donde viven los niños sea fresco y la temperatura adecuada, debemos abrir periódicamente las ventanas para ventilar. También podemos utilizar ácido láctico para la desinfección del aire. Agregue 2 ml de ácido láctico por cada 10 metros cuadrados de habitación, agregue la cantidad adecuada de agua y caliente para que se evapore.
Reposo en cama
Durante el periodo de recuperación de una semana, el niño debe descansar en cama y beber abundante agua tibia. La dieta debe ser ligera y fácil de digerir. Si hay erosión en la boca, se puede probar con comida líquida. Evite los alimentos fríos, picantes, salados y otros alimentos irritantes.
Enjuagarse la boca después de las comidas
Para mantener la boca limpia y prevenir infecciones bacterianas, enjuágate la boca con agua tibia después de cada comida. Cuando hay erosión en la boca, se puede aplicar clortetraciclina y aceite de hígado de bacalao para aliviar el dolor y acelerar la curación de la erosión.
Cambiar de ropa
Asegúrate de que la ropa y la ropa de cama de tu hijo estén limpias, cámbialas con frecuencia y deben ser amplias y suaves. Al mismo tiempo, es necesario recortar las uñas con regularidad para evitar erupciones por rascado.
Tratamiento térmico a baja temperatura
La fiebre leve causada por la fiebre aftosa generalmente no requiere tratamiento especial y los niños pueden beber más agua. Si la temperatura corporal supera los 38,5°C, se deben utilizar antipiréticos bajo la supervisión de un médico.
Observación de enfermedades
Los padres deben observar de cerca los cambios en la condición de sus hijos y acudir al hospital de inmediato si encuentran síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza intenso, vómitos, palidez, llanto o modorra.