La explicación de la inmundicia es la siguiente:
Sucio es una palabra china, se pronuncia wū huì. 1. Quiere decir sucio; inmundo (objeto). 2. Se refiere a estado bajo y estado bajo. 3. Como verbo, ensuciarse. 4. Se refiere a la corrupción. 5. Se refiere a obscenidad o adulterio.
Sinónimos:
Sucio: wūhuì, sucio;
Contaminación: wūrǎn. 1. Contaminar sustancias nocivas. 2. Se mezclan cosas nocivas con el aire, el suelo, el agua, etc.
Violación: Es una palabra china, pronunciada jiānwū, que hace referencia a un hombre que utiliza la violencia o el engaño para tener relaciones sexuales con una mujer. De la "Colección miscelánea" de Li Shangyin de la dinastía Tang: "Violan a monjes y monjas y regañan a niños jóvenes".
Insulto: wūrǔ. 1. Insulto. 2. Profanar.
Sucio: wūzhuó. 1. (agua, aire, etc.) no está limpio; 2. Cosas sucias.
Palabras sucias.
No digas una palabra de tu boca, sino sólo cosas buenas que edifiquen a otros según la situación, para que los que te escuchen se beneficien. La inmundicia de las palabras se debe a la inmundicia del corazón de la persona que habla, y lo que derraman puede contaminar los corazones de los demás. Jesús dijo una vez: Esto es lo que quiere decir con la inmundicia de su boca. Lo que sale de un corazón inmundo contiene malos pensamientos, asesinatos, falsos testimonios y calumnias que pueden contaminar a las personas.
Nosotros, los que hemos sido redimidos por Dios, hemos sido limpiados en nuestros corazones. Nunca más debemos guardar estas cosas inmundas, y mucho menos derramar estas cosas extremadamente viciosas para contaminar a otros. Debemos usar nuestra boca para glorificar a Dios para que las palabras que pronunciamos puedan edificar a otros, para que todos los que las escuchen puedan beneficiarse de nuestras palabras.
Cuando las personas escuchan nuestras palabras, pueden obtener fuerza para hacer el bien; los que están desanimados pueden animarse; los que albergan malos pensamientos en su corazón pueden deshacerse de sus malos pensamientos y dejar las buenas intenciones; brotan en sus corazones cuando escuchan nuestras palabras. Esas palabras son la transmisión de las palabras de Dios. Esas palabras son vitales y poderosas. Pueden sanar enfermedades, conquistar demonios y regenerar a las personas. Deberíamos estar agradecidos a Dios por darnos el derecho de hablar bien.