El método más sencillo y común es:
1. Remojar completamente en alcohol (esto es necesario para restaurar la sequedad y el olor).
2. Presione firmemente con placa de yeso o porcelanato.
3. Se seca rápidamente (no quedará humedad al evaporarse el alcohol) y queda suave como nuevo, sin olor a polilla ni a humedad.
La mejor manera de evitar que vuelva a enmohecerse es no colocarlo en un lugar propenso a la humedad. Esto es de sentido común básico para conservar libros.