Traducción:
El suelo al borde de las carreteras a menudo se clasifica como suelo contaminado debido a sus altos niveles de plomo, zinc y cobre. El suelo a los lados de las carreteras puede representar un peligro para la salud porque estos metales pueden transferirse a otros depósitos (a medida que la tierra se mueve). Los metales migran a través del medio ambiente, dependiendo de la forma en que estén asociados con los componentes del suelo. Para evaluar correctamente el riesgo de contaminación de las aguas subterráneas, es importante comprender los mecanismos de unión de los contaminantes metálicos al suelo. Estos mecanismos estarán influenciados por varios factores, incluida la textura y la composición mineral del suelo, así como las propiedades químicas de la solución acuosa del suelo (es decir, acidez, fuerza iónica, ligandos orgánicos e inorgánicos).
Los grupos funcionales más importantes de la superficie del suelo son los minerales arcillosos, el suelo, el hidróxido de hierro y la materia orgánica. Los metales pesados como el plomo y el zinc reaccionan con complejos en las capas internas y externas de hidróxidos de silanol, aluminio, hierro y magnesio para formar complejos en la superficie de silicatos en capas y minerales de óxido en el suelo. Los minerales arcillosos y la materia orgánica se unen a los metales mediante intercambio iónico y reacciones de complejación superficial. Finalmente, pueden ocurrir diversas reacciones de precipitación y precipitación, principalmente en condiciones de alta concentración de equilibrio del metal y alto valor de pH (6-9).
El modelo de complejación superficial (SCM) es una herramienta exitosa para describir las propiedades ácido-base y las funciones de adsorción de aniones y cationes de varios adsorbentes monofásicos (relacionados con el suelo). Los modelos de complejación de superficies se han utilizado ampliamente para predecir el comportamiento iónico en interfaces sólido-líquido, pero este modelo generalmente se limita a adsorbentes de (hidr)óxido puros. Los modelos geoquímicos se pueden utilizar para simular concentraciones de metales en diferentes matrices, como los suelos naturales. Sin embargo, este modelo puede volverse muy complejo porque diferentes adsorbentes o superficies activas (en el suelo) pueden unir el metal. Debido a la complejidad y diversidad de los suelos, modelar el transporte de metales en el medio ambiente es un gran desafío con SCM. De hecho, se ha publicado relativamente poco sobre el uso de modelos geoquímicos para simular el movimiento de metales en suelos artificiales, como los suelos al borde de las carreteras, donde se desconoce el tipo y la cantidad de superficies activas (y, por tanto, son difíciles de modelar y predecir).