Históricamente, Kosovo fue el centro político y cultural del Reino medieval de Serbia y estuvo ocupado por el Imperio Otomano durante más de 500 años. Durante este período, los serbios se vieron obligados a emigrar y los albaneses se trasladaron gradualmente en grandes cantidades. Kosovo fue anexado a Serbia en 1912 y luego pasó a formar parte del primer principado de Yugoslavia. Después de la Segunda Guerra Mundial, Kosovo y Serbia entraron en Yugoslavia. En la década de 1960, se convirtió en una de las dos provincias autónomas de Yugoslavia, y su estatus autónomo quedó reflejado en la Constitución de 1974.
Durante mucho tiempo, los separatistas albanokosovares han estado exigiendo el establecimiento de una "República de Kosovo" y su fusión con Albania. Ya en 1968 y 1981, los albaneses en Kosovo realizaron muchas huelgas y manifestaciones, e incluso utilizaron la violencia para atacar instituciones políticas, lo que provocó conflictos sangrientos con las autoridades serbias y causó víctimas. A lo largo de la década de 1980, la situación en Kosovo fue turbulenta y los conflictos étnicos se intensificaron aún más. A finales de los años 1980 y principios de los años 1990, la vida social y económica de Kosovo estuvo paralizada por los problemas causados por los extremistas albaneses, lo que obligó al gobierno yugoslavo a implementar estados de emergencia en Kosovo muchas veces.
En 1989, las autoridades serbias revocaron parte de la autonomía de Kosovo modificando la constitución, lo que disgustó enormemente a los albanokosovares.
En julio de 1990, la República de Serbia disolvió Kosovo, que abogaba por la secesión, y restauró su autonomía. En 1991, los albanokosovares celebraron un "referéndum" ilegal y decidieron establecer la "República de Kosovo". Posteriormente establecieron su propio gobierno y se negaron a reconocer a las autoridades legítimas designadas por el gobierno de la República de Serbia. Los separatistas radicales albaneses también establecieron el llamado "Ejército de Liberación de Kosovo" en un intento de lograr la independencia mediante actividades violentas. Sin embargo, Estados Unidos, Alemania y otros países occidentales que tienen prejuicios contra los albaneses han dejado claro que Kosovo es parte integral de Yugoslavia y sólo reconoce su autonomía pero no su independencia. En 1992, durante la desintegración de la antigua Yugoslavia, los albaneses declararon simultáneamente la creación de la "República de Kosovo", pero este "nuevo país" no fue reconocido por la comunidad internacional, excepto Albania.