¿Cuál fue la primera novela realista crítica europea?

La gran novela de Stendhal "El rojo y el negro" (1830) es la primera obra madura del realismo crítico francés. El protagonista Julien Sorel es hijo del propietario de un aserradero. Tiene una fuerte ambición personal de ascender. Ha adorado a Napoleón desde niño y quiere lograr grandes éxitos estableciendo hazañas militares. Pero durante la Restauración, sus esperanzas no pudieron hacerse realidad y vio que sólo a través de la iglesia podría lograr su objetivo. Memorizó de memoria una Biblia latina, y el cura local confió en él y lo presentó en casa del alcalde de Reina como tutor. Pronto, debido a su amor por Madame de Renal, se vio obligado a abandonar la casa del alcalde y estudiar en el seminario. Posteriormente se fue a París y se convirtió en secretario del marqués de la Moor. Fue apreciado y reutilizado por el marqués, y tuvo una historia de amor con la hija del marqués, Mathilde. El marqués tuvo que darle tierras, dinero y aristocracia. títulos y rangos militares. Justo cuando se sentía complaciente, Madame de Renal escribió una carta exponiéndolo a la amenaza del sacerdote, lo que provocó que el marqués cancelara el compromiso de su hija. La ambición de Julien fracasó y, furioso, disparó a Madame de Renal. Fue arrestado y finalmente condenado a muerte.

En "El rojo y el negro", Stendhal reflejó la lucha por el poder entre la aristocracia y la cada vez más poderosa burguesía, y la compleja relación entre la iglesia y las diversas fuerzas políticas. La iglesia hizo algunas revelaciones, describiendo. El pánico de la aristocracia y las emociones derechistas de los intelectuales pequeñoburgueses y de clase media en vísperas de la Revolución de Julio bajo el impacto de la ola de la revolución popular, por lo tanto, este trabajo tiene cierto valor cognitivo. Sin embargo, "El rojo y el negro" no expresaba el espíritu antiaristocrático, anti-iglesia y anti-restauración de la época entre los trabajadores franceses y los libertarios pequeñoburgueses y de clase media en vísperas de la Revolución de Julio. La imagen del arribista individualista en la ola, y si bien embellecía este carácter, promovía la decadente visión burguesa de la vida y la felicidad.