Recientemente se ha debatido una nueva ciencia detrás de la motivación, incluida la educación. Por ejemplo, el investigador RF quería ver qué motivaría a los niños a tener mejores resultados en la escuela. En algunos casos, dio a los niños incentivos centrados en los resultados, como la lectura de ciertos libros, y a otros niños incentivos centrados en los resultados, como las puntuaciones de los exámenes. El principal hallazgo fue que la motivación centrada en los insumos conducía al éxito de los niños, pero la motivación centrada en los resultados era inútil. Concluyó que los incentivos centrados en los aportes podrían ser más efectivos porque no sé cómo hacerlo mejor en la prueba. Por otro lado, dejar reglas generales como “estudiar mucho” y leer determinados libros es una buena tarea y más llevadera.
Tan pronto como hayas comenzado a tomar el control de tus objetivos, tendrás mayores posibilidades de éxito. Si falla, es fácil empezar de nuevo porque sabe exactamente lo que debe hacer.
Por ejemplo, si quieres gastar menos, un buen objetivo podría ser preparar el té de la mañana en casa en lugar de ir a una cafetería. Este es un objetivo muy factible y puedes medir fácilmente tu éxito. Gastar menos no es el objetivo porque es demasiado común. Asimismo, si quieres pasar más tiempo con tu familia, no bloquees ese deseo compartido. Imagine un hábito viable que pueda adoptarse y mantenerse, como ver una película casera los miércoles.
Con el tiempo, estos nuevos objetivos se convertirán en hábitos.
Completamente, traduciendo y escribiendo al mismo tiempo.
Es un poco apresurado y puede que no salga bien.