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Muchos estadounidenses comenzaron a decidir perder peso en 2014, tal como lo hacen ahora en 2013. Sin embargo, hacer de la pérdida de peso un objetivo es un error. Para lograr nuestro objetivo: la producción, necesitamos controlar lo que comemos: la entrada. El punto clave es que tendemos a preocuparnos por el resultado sin controlar los insumos, lo cual es una mala manera de lograr nuestros objetivos. La elección es centrar su resolución en el rendimiento, no en la pérdida de peso. Pruebe una resolución viable para dejar de comer dulces en el almuerzo o dar una caminata de 20 minutos todos los días. Crear una meta que se centre en los aportes es más efectivo que uno que se centre en los resultados del gerente.

Recientemente se ha debatido una nueva ciencia detrás de la motivación, incluida la educación. Por ejemplo, el investigador RF quería ver qué motivaría a los niños a tener mejores resultados en la escuela. En algunos casos, dio a los niños incentivos centrados en los resultados, como la lectura de ciertos libros, y a otros niños incentivos centrados en los resultados, como las puntuaciones de los exámenes. El principal hallazgo fue que la motivación centrada en los insumos conducía al éxito de los niños, pero la motivación centrada en los resultados era inútil. Concluyó que los incentivos centrados en los aportes podrían ser más efectivos porque no sé cómo hacerlo mejor en la prueba. Por otro lado, dejar reglas generales como “estudiar mucho” y leer determinados libros es una buena tarea y más llevadera.

Tan pronto como hayas comenzado a tomar el control de tus objetivos, tendrás mayores posibilidades de éxito. Si falla, es fácil empezar de nuevo porque sabe exactamente lo que debe hacer.

Por ejemplo, si quieres gastar menos, un buen objetivo podría ser preparar el té de la mañana en casa en lugar de ir a una cafetería. Este es un objetivo muy factible y puedes medir fácilmente tu éxito. Gastar menos no es el objetivo porque es demasiado común. Asimismo, si quieres pasar más tiempo con tu familia, no bloquees ese deseo compartido. Imagine un hábito viable que pueda adoptarse y mantenerse, como ver una película casera los miércoles.

Con el tiempo, estos nuevos objetivos se convertirán en hábitos.

Completamente, traduciendo y escribiendo al mismo tiempo.

Es un poco apresurado y puede que no salga bien.