Los expertos también señalan que incluso si la tecnología resulta factible, pasarán varios años antes de que pueda ponerse en práctica. Durante el proceso de aplicación de esta tecnología, pueden existir obstáculos por parte de las agencias reguladoras gubernamentales y de la opinión pública.
Andrew Taylor, director de la Organización de Bienestar Animal, expresó su preocupación por esta nueva tecnología. Considera que modificar artificialmente los genes de los animales es una práctica muy peligrosa. La cría de animales genéticamente modificados tiene muchos efectos negativos, que pueden conducir a una serie de problemas graves, como tasas reducidas de supervivencia de los animales, mayores tasas de defectos congénitos en animales pequeños e infertilidad en las hembras.